Saturday, December 3, 2011

La fluidez del poder

         
           Una de las características más visibles de la postmodernidad es que no hay tiempo lineal, sino espacios dónde aparece sujetos o personajes divididos. Como he mencionado en una entrada anterior, en el artículo, The Cultural Logic of Late Capitalism (1991) de Frederic Jameson, leimos “I think it is at least empirically arguable that our daily life, our psychic experience, our cultural languages, are today dominated by categories of space rather than by categories of time, as in the preceding period of high modernism proper” (72-73). Es decir que, según Jameson, la postmodernidad crea un caos total: los personajes aparecen dividido/a(s) en un tiempo lo cual crea un desorden de espacios. Por eso, en la postmodernidad tampoco hay una distinción clara entre el centro y la periferia, un concepto mencionado por Nelly Richards, en su artículo Postmodernism and Periphery (1993). Richard afirma que una de las características principales de una sociedad moderna es que: “It rests on the assumption that there exists a legitimate centre-a unique and superior position from which to establish control and to determine hierarchies” (463). Es decir, en una sociedad moderna, no hay confusión. El poder y la subordinación está claramente ubicado/a(s) en un espacio y tiempo definido y no hay cuestión sobre dónde está cada uno en el espectro. Sin embargo, en la postmodernidad, vemos un cambio total. Leimos, “Postmodernism introduces a highly ambiguous set of co-ordinates into the worn-out context of modernity which has programmed backwardness… Postmodernism dismantles the distinction between centre and periphery…” (Richards 467). Esa misma lógica es la que contemplamos en la obra de Mario Benedetti, Pedro y el capitán (1979).

            Pedro y el capitán cuenta el interrogatorio de un prisionero político Pedro, y de su  interrogador, el capitán. Toda la obra tiene lugar en la sala de interrogatorios, la cual, en mi opinión, es nuestro espacio de postmodernidad. Según la jerarquía inicialmente aparente en una situación así, el Capitán tiene el poder sobre Pedro. El Capitán le dice en al primer interrogatorio: “Soy el único que te puede conseguir alivio en las palizas, brevedad en los plantones, suspensión de picana… Entonces no creo que sea lo más adecuado que te encierres en ese mutismo absurdo” (23). El Capitán no pierde tiempo en establecer el escenario, él es quien tiene el poder y eventualmente Pedro lo tendría que obedecer. El objetivo del Capitán es que Pedro hable, pero Pedro decide mantener silencio en el primer acto, lo cual significa que se guarda la información que el Capitán quiere. En el segundo acto, Pedro habla, pero dice palabras que no ayudan al Capitán a cumplir su meta. Por eso, tenemos que observar, quién realmente tiene el poder. El Capitán cree que pueda obtener información útil de Pedro. Los dos hablan de la vida de Pedro, pero también de la vida del Capitán y provisionalmente vemos una progresión en su relación, pero también un cambio de posiciones en la jerarquía: los primeros cambios en el centro y la periferia. El Capitán habla con Pedro y le dice: “Lo que pasa a usted…¿Usted? ¿Y ahora por qué, así de repente, deje de tutearlo?... Sentí de pronto que debía tratarlo de usted” (62). El Capitán empieza a perder su posición de poder cuando habla de Pedro en la tercera persona singular en vez de hacerlo en la segunda persona singular. Como Pedro es el prisionero, el Capitán debe demostrarle que él está en la posición del poder, pero habla con él en una manera formal y respetuosa, algo que según el Capitán, nunca ha ocurrido con otro prisionero en el pasado. Estos pequeños cambios a través de la obra muestran la fluidez del centro y la periferia en obras de la postmodernidad. Sin embargo, al final del libro, vemos una permuta total. Pedro muere con el poder y el Capitán está arrodillado frente a él. El Capitán que estaba en el centro del poder, ahora está en la periferia, mientras que Pedro se moviliza al centro, muriendo con la información el Capitán quiere. “Se lo ruego a Rómulo ¡Me arrodillo ante Rómulo! Rómulo, ¿Va a decirme un nombre y un apellido?...Pedro (A duras penas.) No…, Capitán” (87).
 
                Por tanto, podemos ver que en el espacio de la postmodernidad, lo cual es la sala de interrogatorios, el poder tiene fluidez. Solo en ese espacio, Pedro tiene el poder. Al momento en que sale de la sala, Pedro vuelve a ser un prisionero político, sin poder sobre sus torturadores.

Obras citadas:

Benedetti, Mario. Pedro Y El Capitán. México, D. F.: Punto De Lectura, 2006. Print.

Jameson, Frederic. "Postmodernism, or The Cultural Logic of Late Capitalism." Postmodernism:a Reader. By Thomas Docherty. New York: Columbia UP, 1993. 62-91. Print.

Richards, Nelly. "Postmodernism and Periphery." Postmodernism: a Reader. New York: Columbia UP, 1993. Print.

4 comments:

  1. Me gusta cómo has desarrollado la idea de un centro/el poder fluido. Creo que lo que es “el centro” depende en el punto de vista. También, la persona que tiene el poder depende en cómo se define “el poder.” Al capitán, parece como al principio él tiene el poder y al final lo tiene Pedro por morir con la información. Pero es evidente a los lectores quien tiene el poder cuando el capitán dice, “Entonces, fíjate, la única forma de redimirme frente a los niños, es ser consciente de que por lo menos estoy consiguiendo el objetivo que nos han asignado: obtener información,” (Benedetti 42). Pedro nunca ha pensado en revelar su información: el capitán dice, “¿Estás dispuesto a hablar? (La capucha de Pedro se mueve negativamente.),” y por eso, creo que siempre ha tenido el poder (Benedetti 23). Creo que esta diferencia entre los puntos de vista contribuye al aspecto de postmodernidad de este libro.

    Jessica Tette
    jtette9@mail.naz.edu

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  2. La relación entre Pedro y el Capitán en el libro de Benedetti es una relación desigual y es seguro decir que es un resultado del capitalismo. Debido al capitalismo y su defensa, las dictaduras capturaron, torturaron, y asesinaron muchos. Entonces, ¿qué dice esto sobre la sociedad? Discutiría que dentro de una sociedad capitalista, siempre hay el opresor y el oprimido. Los oprimidos se quedan en un espacio marginal. Sin embargo, como Raquel Olea ha capturado en su artículo, Feminism: Moderno or Postmodern? (1995), cuando ella explica que “If the capitalist were to change…so also – automatically – would the situation of woman. By becoming detached from her function as mother, sole and central support of the structure of the bourgeois family, woman would be incorporated fully into ‘productive’ labor, into production….Today we know, however, that this proposal can entail a reinforcement rather than a transformation of the traditional woman’s role…” Entonces, como se veía en la historia y en el libro de Benedetti, el capitalismo es dañoso. Pedro está en un espacio marginal debido a sus creencias políticas como las mujeres en una sociedad patriarcal. Sin embargo, para las personas feminizadas, el socialismo no sirve tampoco porque todavía se quedan en un espacio marginal.

    Benedetti, Mario. Pedro Y El Capitán. México, D. F.: Punto De Lectura, 2006. Print.

    Beverley, John , Michael Aronna, and José Oviedo. "Postmodernism and Periphery." The postmodernism debate in Latin America. Durham: Duke University Press, 1995. 465-470. Print.

    Jesse McGuire
    jmcguir5@mail.naz.edu

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  3. Pienso que Pedro y el capitán de Mario Benedetti es un ejemplo perfecto de la literatura postmoderna porque no existe un personaje central, sino cambia entre el capitán y Pedro. Por eso, tienes razón cuando escribes de la derrota gradual del capitán a causa de la estrategia subversiva de Pedro. Me gusta mucho la cita del artículo “Postmodernism and Periphery” de Nelly Richard cuando escribe: “Postmodernism’s first claim, then, is that it offers room within itself for our Latin American space. This is the ‘decentered’ space of the marginalized or peripheral subject faced with a crisis of centrality. It is adorned with the ciphers of plurality, heterogeneity and dissidence, confirming Lyotard’s observation that postmodernism ‘refines our awareness of difference’” (468). Esta “crisis de centralidad” demuestra que no hay un centro definido, y ambos protagonistas tienen identidades dividas dentro de ellos mismos. Cuando analizamos los dos hombres, cada uno crea una identidad compleja, pero nadie tiene el control total. El capitán tiene el poder físico, mientras Pedro tiene el poder mental.


    Obra citada:

    Docherty, Thomas. "Postmodernism and Periphery." Postmodernism: a Reader. New York: Columbia UP, 1993. Print.

    Shannon Fee
    sfee8@mail.naz.edu

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  4. Hay una idea de la dominación cultural. Benedetti escribe, “El CAPITÁN se levanta de un salto, perdida toda compostura, y le da a PEDRO un puñetazo en la boca” (35). Estas citas pueden explicar que el capitán demuestra su poder con la tortura porque lo que Pedro dice es verdad. El capitán no sabe como muestra su dominación con sus palabras, sin embargo, el capitán usa su poder.

    Madeline Parente
    mparent2@mail.naz.edu

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